Como parte de la implementación del Proyecto MigraSalud, la Asociación Scalabriniana al Servicio de la Movilidad Humana (ASCALA), el Centro de Desarrollo Sostenible (CEDESO), y el Movimiento de Mujeres Domínico-Haitianas (MUDHA) han realizado varios talleres en distintas comunidades repartidas en las provincias de Bahoruco, San Pedro de Macorís, y el Gran Santo Domingo, con la finalidad de presentar a la población meta los principales lineamientos del proyecto. Recordamos que esta iniciativa busca aportar a un Estado de Derecho y el cumplimiento de los derechos humanos en República Dominicana (RD) al incrementar la inclusión en el sistema de salud dominicana de personas en situación de vulnerabilidad, migrantes y sus familiares con arraigo en RD.

Estas reuniones hicieron posible sostener un intercambio con los moradores de las distintas comunidades según una metodología participativa cuyo objetivo era obtener el parecer de las personas e identificar las principales preocupaciones y necesidades estructurales que existen en materia de acceso a servicios de salud dentro de las comunidades. De ahí surgieron debates que permitieron realizar un análisis de las fortalezas y debilidades que caracterizan a las comunidadesen términos de acceso a la salud pública, incluyendo en algunas ocasiones la perspectiva de representantes de diversas autoridades de salud presentes. 

En este sentido, se explicó la metodología de la Vigilancia Dirigida por la Comunidad (VDC), mecanismo que permitirá monitorear, evaluar y verificar los indicadores pertinentes de los servicios de salud brindados en el primer y segundo nivel de atención en las zonas geográficas seleccionadas, donde los/as usuarios/as son referidos o suelen buscar asistencia médica. En este sentido, la VDC permite aumentar las capacidades de organización y levantamiento de datos de las comunidades, los cuales proporcionan información clave para evidenciar lo que funciona bien, lo que no funciona y lo que debe mejorarse para consolidar los indicadores de salud. 

Carencias observadas a nivel comunitario 

A través de estas actividades, se apreció que la mayoría de estas comunidades son muy remotas y no disponen de centro médico cerca (incluyendo de primer nivel de atención), afectando sobremanera a personas envejecientes, mujeres embarazadas y niñas/os. Esta situación de aislamiento, junto con la tradicional baja inversión pública en estas zonas, hace que existan muchos caminos y carreteras intransitables por falta de mantenimiento, especialmente en épocas de lluvias, lo cual impide en algunos casos el traslado hacia un centro médico. 

Aun habiendo centros de primer nivel en algunas comunidades, subsisten factores que perjudican la prevención y la atención sanitaria, como las limitaciones de servicios de las Unidades de Atención Primaria (UNAP) que cuentan con poco personal médico, horarios limitados y carencias en términos de disponibilidad de medicamentos e instrumentos médicos. Por otro lado, la falta de recursos económicos hace que las personas no puedan costear el precio de los tratamientos y de las medicinas recetadas por los distintos profesionales de salud. Estas precariedades se exacerban particularmente en el caso de mujeres migrantes haitianas o dominicanas de ascendencia haitiana que temen salir a vender en las calles por miedo a ser arrestadas y deportadas por las autoridades. 

Principales enfermedades registradas 

Mientras que en el Este, las personas residentes en comunidades bateyeras resaltaron en mayor proporcion situaciones de salud relacionadas con la hipertensión y el diabete, niños/as desnutridos y con problemas de piel, gripe, cefalea y amebiasis, en Bahoruco los primeros motivos de consulta están vinculados con crisis asmática, vómitos, fiebre y amigdalitis de niños menores de 5 años, dolores musculares, anemias, chequeos prenatales, epigastralgia y accidentes de tránsito. A su vez, en el Gran Santo Domingo, las principales enfermedades identificadas fueron tuberculosis, VIH, enfermedades de la piel, infecciones diarreicas, enfermedades gastrointestinales, hepatitis, saranpion, hipertensión arterial, diabetes, y enfermedades respiratorias. Además, en la mayoría de las zonas de trabajo, el embarazo adolescente es un fenómeno frecuente en la comunidad.

De acuerdo a los planteamientos de los participantes, es particularmente difícil mantener buenas prácticas sanitarias cuando la comunidad carece de un adecuado servicio de agua potable y de servicios de recolección de basura, lo que constribuye al aumento de enfermedades de transmisión vectorial, como el dengue, zica, o el chikungunya. Estas condiciones se agudizan con niveles de contaminación ambiental significativos debido a la quema de basura y desechos orgánicos, o la quema de la caña de azúcar resultante de la actividad de empresas azucareras.    

Otro elemento detectado tiene que ver con el clima de recrudecimiento de las deportaciones de personas consideradas como extranjeras que existe en el país, generando temor entre las personas de acudir a los centros de salud o dar seguimiento a sus tratamientos o por la posibilidad de sufrir tratos discriminatorios por parte del personal de salud por no contar con la documentación adecuada. 

En su mayoría los talleres despertaron la curiosidad y el interés de las y los participantes, lo cual augura un futuro muy prometedor para el desarrollo de las siguientes acciones y el alcance de los objetivos en el tiempo restante de ejecución del proyecto MigraSalud.  

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